El día después de la pandemia ¿qué aprendimos?*
- Max Huber
- 28 jun 2021
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 30 jul 2021

(*) Ex profeso el tiempo de la redacción.
La importancia de reflexionar de lo que nos pasa, el impacto en salud, medicamentos y nuestra mente. Cómo nos transformamos y cómo "volveremos" a una "normalidad".
Nos encontramos en plena vorágine; pero tarde o temprano (ruego por lo segundo) existirá al menos una pausa. ¿Y entonces qué?

Desde hace bastante tiempo la OMS (organización mundial de la salud) y los reportes de salud de la OECD advertían que estábamos migrando de enfermedades transmisibles (infecciosas) a enfermedades no transmisibles (derivadas entre variados orígenes a malos hábitos - ver infografía - el peligro es que son enfermedades crónicas y a la larga afectan nuestra calidad y cantidad de vida a un alto costo (nuestro, familias, país). No hacemos actividad física suficiente como nuestro ADN reclama. H.Barzaga et cols ya lo advierten en Chile
Sumado a esto, nuestra expectativa de vida se incrementa de tal forma que el promedio de la población hacia el 2050 estará en torno a los 55 años; y es cuando debutan las enfermedades crónicas a todo lo alto y ancho, si es que no hacemos nada por prevenirlas, si no acudimos al autocuidado (de lo contrario nosotros nos estamos haciendo el daño).
Vale la pena preguntarse si en materia sanitaria y de medicamentos existe una robusta política de gobierno o mejor aún de estado; enfocada en el largo plazo.
Y es precisamente cuando ocurre este shock a lo transmisible. Bienvenida la innovación, bienvenido el tremendo nivel profesional de un ISP nivel IV (el máximo) pero por sobretodo también bienvenido lo que con bombos y platillos la OMS ha divulgado a los cuatro vientos "que los estados deben cuidar la existencia de una industria farmacéutica de producción local que responsablemente provean medicamentos de calidad, seguridad y eficacia comprobados".

Cuántos países a falta de industria e industria robusta han debido lamentar vidas humanas. Es un acierto el robustecimiento de la farmacovigilancia (ahora con ESAVI) y productivamente seguir a los fármacos centinela.
Máxime la existencia de guías de medicamentos que cada país debe ajustar a su propia realidad (nuestro formulario nacional) ¿cuándo efectuaremos nuestra siguiente versión?.
Finalmente la adopción de alta tecnología ha permitido sentar las bases para no interrumpir los tratamientos y el acceso. Estas no son las únicas reflexiones respecto de lo que nos pasa hoy (aquí desde una arista bien particular), bienvenida la innovación, la industria local, el capital intelectual humano (regulador y regulado), cuidémonos y cuidemos a todos.





Totalmente de acuerdo. La Prevención debe ser la punta de la lanza. Pero mi pregunta es. ¿Interesa a las grandes industrias la prevención?
Dejo la pregunta para otro escrito.
Abrazos